CABALLO

Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.

Dentro de la terminología vudú se designa con este nombre a aquella persona que es poseída por un loa durante una ceremonia.

Entonces se afirma que "el loa monta a caballo".

CABALLO

La representación del caballo es posiblemente una de las más antiguas, apareciendo ya en las figuras rupestres del Paleolítico.

En su origen, y a pesar de que su simbolismo resulte complejo, fue interpretado como un ser ctónico; es decir, vinculado con la tierra, si bien a menudo se le relacionó con los dominios lunares.

En la religión zoroástrica, el caballo tiene su lado oscuro y negativo, e incluso a veces se representa al espíritu nefasto, Ahrimán, bajo forma de caballo.

En la mitología griega los centauros, mitad hombre y mitad caballo, son una clara exposición de la parte instintiva del ser humano. Por el contrario, el caballo blanco posee toda una simbología positiva y solar, constituyendo la representación del vigor, la virilidad y la juventud.

C. G. Jung* considera al caballo como la expresión del lado mágico que hay en el hombre.

CABALLO

Se encuentra abundantemente representado desde el paleolítico (arte rupestre).

Hasta el advenimiento de la industrialización desempeñó importante papel económico en muchísimas culturas, de ahí que se le haya asociado un rico simbolismo.

Originalmente fue interpretado como ser ctónico, es decir vinculado a la tierra y también relacionado con el fuego y el agua en tanto que poderes vivificantes y peligrosos al mismo tiempo; por ejemplo, se creía en muchos lugares que podía hacer nacer un manantial con un galope de casco en tierra. A menudo se lo relacionó también con los dominios lunares, y se hallaba próximo al reino de los muertos (en Asia central y entre numerosos pueblos indoeuropeos), por ejemplo como guías de las ánimas, motivo por el cual muchas veces era enterrado con el difunto y en general, se consideraba la más noble de las posibles ofrendas animales.

El sacrificio ritual para hervir la carne en el caldero y consumirla en común era gran acontecimiento social entre celtas y germanos.

El simbolismo del caballo tiene su lado oscuro y negativo, en especial en el zoroastrismo, que alguna ves representó en figura de caballo al espíritu que todo lo niega, Ahriman.

También los seres mixtos de caballo y humano de la mitología griega (centauros, silenos, sátiros), en donde la parte animal suele representar la tiranía incontrolada de los instintos.

Muy diferente es el significado de Pegaso, el caballo alado de la misma mitología, un ejemplo de como un simbolismo de la luz, mas tardío, vino a complementar los significados telúricos originarios (especialmente China, la India y la Antigüedad grecorromana).

En este aspecto positivo el caballo blanco, sobre todo se convierte en bestia solar, en cabalgadura de los dioses, en símbolo de la fuerza bruta domeñada por la razón (véase también la conocida parábola de los caballos en el Fredo de Platón), o de la alegría y la victoria (por eso aparece en sepulcros de mártires).

En la simbología cristiana vemos tanto el caballo blanco de Cristo triunfante como los caballos de los jinetes apocalípticos.

Es también símbolo de la juventud, la fuerza, la virilidad y la sexualidad, tanto en los sentidos positivos como los negativos de éstos campos semánticos.

El Caballo es el séptimo signo del Zodiaco chino y corresponde a Libra. Jinete