DEMONIOS

Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.

Los hombres han hecho con los demonios lo mismo que con los ángeles y así como han creído en seres eternamente perfectos, han tomado a los espíritus inferiores por seres perpetuamente malos.

La palabra demonio debe, pues, entenderse con relación a los espíritus impuros que a menudo no son mejores que los seres que con aquel nombre se designan, pero con la diferencia de que semejante estado no es más que transitorio.

Son espíritus imperfectos que murmuran de las pruebas que sufren y que, por la misma razón, las sufren por más tiempo, pero que llegarán, a su vez, a la perfección cuando tengan voluntad de hacerlo.

Pudiera, pues, admitirse la palabra "demonio" con esta restricción, pero como actualmente se la toma en sentido exclusivo podría inducir en el error de hacer creer en la existencia de seres especiales creados para el mal

DEMONIOS

Del griego daimon, en principio designaba a los dioses, luego a unos seres intermediarios entre los dioses y los humanos, capaces de influir en los destinos de éstos y en los acontecimientos cósmicos, para el bien o para el mal.

Los filósofos griegos los reinterpretaron como la chispa divina o la voz divina en el hombre (daimonion).

Se les atribuye carácter impredecible o veleidoso, y capacidad para apoderarse de las energías espirituales de los humanos.

En la Biblia se presentan exclusivamente como espíritus maléficos, ángeles caídos y potencias contrarias a la majestad de Dios (Diablo).

Convertidos en figuras centrales de muchas elaboraciones legendarias ulteriores, unas veces como seres de poder sobrehumano (gigantes, en los cuentos populares suelen perder potencia demoníaca y aparecer como necios o ridículos), otras veces humanizados (enanos que practican industrias humanas, como la forja, con gran habilidad y muchas veces personifican valores éticos superiores), o monstruos y deshumanizaciones.