RASPUTÍN

Grigori Efimovich Rasputín (1871-1916) Singular monje errante y sanador ruso que jugó un papel muy importante en la última etapa zarista. Nacido en el pueblo de Prokovskie, en la provincia rusa de Tobolsk, parece ser que tuvo contactos con sectas pseudoreligiosas de tipo fanático. Tras haber tenido, al parecer, visiones místicas emprendió peregrinaciones al monte Athos y a Tierra Santa. En 1905 la gran duquesa Alejandra se encontró con él en Kiev, y la personalidad hipnótica de este monje vagabundo, casado y con hijos, del que se decía que tenía grandes poderes, le fascinó hasta el punto de llevarlo a San Petersburgo. Se vivía por entonces una época en la que sanadores, pseudo-místicos y ocultistas estaban muy de moda en las altas esferas sociales rusas.

La fama de Rasputín pronto llegó hasta la corte, a donde fue llamado para que tratase de curar al zarevitch, aquejado de hemofilia. Rasputín logró detener las hemorragias por imposición de manos. Su éxito le granjeó la adhesión de toda la familia imperial, que pasó por alto los excesos de toda índole a que se entregaba el monje sanador. A partir de ese momento el predicamento de que gozó en la corte rusa fue total. Se le consultaba antes de tomar cualquier tipo de decisiones políticas, y su opinión y consejo eran tenidas en cuenta, hasta el punto de que se podía decir que era él quien gobernaba Rusia.

Esa posición privilegiada generó indiscutibles antipatías, agravadas por un comportamiento que no se recataba de fomentar y tomar parte en todo tipo de orgías. Finalmente, se estableció contra él un complot, dirigido por el príncipe Yusupov quien, con la complicidad de parte de la nobleza y de la Duna, logró asesinarle en la noche del 16 de diciembre de 1916. Si la vida de Rasputín había estado llena de excesos, así también lo estuvo su muerte, para lograr la cual hubo que envenenarle primero y dispararle repetidamente, pereciendo por último ahogado en el Neva.

Rasputin perteneció a esa legión de extraños místicos rusos que encuentran en la «vía del pecado» una forma de acercamiento a Dios. Su profecía sobre la muerte de la familia imperial y la posterior Revolución rusa, forman parte también de esos poderes extraños de que dio buena prueba en vida.

Expresión usada en parapsicología y fenómenos paranormales.