SAGANI

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Elementales o espíritus de la Naturaleza.

Hablando de los cuerpos, de esta clase de espíritus, Paracelso dice: "Hay dos clases de carne: una que viene de Adam, y otra que no viene de Adam.

La primera es material y grosera, visible y tangible para nosotros; la otra es intangible y no está hecha de tierra" Un ser que no desciende de Adam puede pasar a través de la materia sólida sin causarle daño alguno.

Tanto los seres que no descienden de Adam como los que descienden de él están organizados y tienen su cuerpo substancial, pero hay tanta diferencia entre la substancia que compone sus cuerpos respectivos, como la que hay entre la Materia y el Espíritu.

Sin embargo, los elementales no son propiamente espíritus, porque tienen carne, sangre y huesos; viven y propagan su especie, comen y hablan, trabajan y duermen, etc.

Son seres que ocupan un lugar entre los hombres y los espíritus, pareciéndose a los primeros en su forma y organización, y a los últimos en la rapidez de su locomoción.

Carecen de principios superiores, y por lo tanto no son inmortales y, cuando mueren, perecen como los animales.

Ni el agua ni el fuego puede dañarlos, y no pueden ser encerrados en nuestras prisiones materiales.

Están, sin embargo, sujetos a enfermedades.

Sus costumbres, acciones, formas y maneras de hablar, etc., no son muy diferentes de las de los seres humanos, pero hay muchísimas variedades.

Tienen sólo intelecto animal, y son incapaces de desarrollo espiritual.

Estos espíritus de la Naturaleza no son animales; tienen razón y lenguaje como el hombre; tienen mente; pero no alma espiritual" Tienen hijos, y éstos son como ellos.

Y así como el hombre está hecho a imagen de Dios y está más cerca de Dios, los espíritus elementales están hechos a imagen del hombre y están más cerca del hombre".

(Lib. Phil., II, citado por Franz Hartmann en Los Elementales).

Teosofía: definiciones usadas en teosofía, su interpretación del sánscrito y de las religiones de la India.
La presente definición debe ser entendida en este contexto por la particular orientación que la teosofía le da.