UMBANDA

UMBANDA

Palabra de origen angoleño que define un movimiento de corte espiritista ancestral llevado a Brasil por los esclavos y que ha recibido una clara influencia tanto del Cristianismo como de las religiones propias de la zona, manteniendo, no obstante, su arraigo espiritista.

De acuerdo con Heli Chatelain, la umbanda es la facultad de establecer contacto con los espíritus muertos para poder adivinar y curar, merced a la energía que estos transmiten.

Está considerado como uno de los movimientos espirituales más antiguos que no se ha quedado únicamente en magia o hechicería, sino que es una verdadera religión que posee un dinamismo interior y que cuenta con sus propias leyes dogmáticas recogidas en el Catecismo de Umbanda, donde puede leerse que "la filosofía del umbandismo consiste en el reconocimiento del ser humano como partícula de la divinidad, de la cual se desprende límpida y pura, y a la que debe reintegrarse al final de un necesario ciclo evolutivo de reencarnaciones que le permite recobrar su pureza originaria".

El alma humana es, para los seguidores de esta doctrina, esencia divina; Dios es el todo y el hombre una parte de El.

Dios crea por medio del pensamiento, porque la inteligencia con la fuerza de voluntad, se vuelve forma, se plasma a si misma. Poseen sus propias oraciones y sacramentos: bautismo, confirmación, cruzamiento, ordenación, abadismo, matrimonio y descruzamiento.

Por el bautismo se formaliza la unión de relación existente entre una persona y sus guías espirituales; la confirmación sirve para reafirmar la intención del fiel de cultivar más estrechamente dicha relación; el cruzamiento inicia en la mediumnidad; la ordenación da la calidad de medium; el abadismo confiere el grado máximo; el matrimonio asocia entre si los espíritus de los cónyuges, y el descruzamiento, que siempre se realiza a punto de morir, devuelve al espíritu la serenidad de su estado natural, librándolo de las ataduras terrenales.

Las ceremonias se llevan a cabo en los terreiros, construcción habilitada al efecto que debe contar con tres moradas o zonas. Los directores del culto pueden ser hombres, Babaló o Babalorixá, o mujeres, Yalorixá.

Cuentan con santos, espíritus buenos u orixás, a los que invocan y homenajean para obtener beneficios, así como demonios o espíritus infernales o exús. Para todos ellos hay ofrendas y ceremonias especiales, así como el sacrificio de un animal determinado que no se puede ofrecer a los demás. Por ello todo terreiro tiene una zona destinada al espíritu que se venera, otra para las ánimas y una tercera destinada a los demonios.

Concepto asociado al vudú, su origen y su cultura.