LA TOTALIDAD DE LA VIDA

Biografía:Jiddu Krishnamurti

Biografía:Jiddu Krishnamurti II

II Desde la negación surge lo positivo llamado amor

La meditación es una de las cosas más importantes en la vida; no cómo meditar; no la meditación conforme a un sistema; no la práctica de la meditación, sino más bien lo que la meditación es en verdad. Si uno puede descubrir, muy profundamente, la significación', la necesidad y la importancia que la meditación tiene para uno mismo entonces descartará todos los sistemas, los métodos, los gurus, junto con todas las cosas peculiares que se hallan, involucradas en el tipo oriental de meditación.

En realidad, no de acuerdo con las teorías y las aseveraciones y las experiencias de los psicólogos, filósofos y gurus, sino por la investigación de toda la naturaleza y el movimiento de uno mismo, por el ver qué es uno realmente.

Parecemos incapaces de comprender lo extraordinariamente importante que es ver lo que somos, vernos de hecho, como si nos estuviéramos mirando psicológicamente en un espejo, lo cual produce una transformación en la propia estructura interna. Cuando uno realiza fundamentalmente, profundamente, una transformación o mutación semejante, entonces esa mutación afecta toda la conciencia del hombre. Este es un hecho absoluto, una realidad. Producir una transformación fundamental se vuelve muy importante si uno es totalmente serio, si uno está preocupado por el mundo tal como es con toda su espantosa infelicidad, confusión e incertidumbre, con todas las divisiones religiosas y nacionales, con la acumulación de armamentos, el gasto de sumas enormes en la preparación de la guerra, para matar a la gente en el nombre de la nacionalidad, etcétera, etcétera. Para ver lo que uno es realmente, resulta vital que haya libertad, libertad con respecto a todo el contenido de la propia conciencia -siendo el contenido de la conciencia todas las cosas acumuladas por el pensamiento. Liberarse del contenido de la propia conciencia, de las cóleras y brutalidades, de las vanidades y la arrogancia, liberarse de todas las cosas en que uno se halla atrapado, es meditación. El mismo ver lo que uno es, constituye el principio de la transformación. La meditación implica el cese de toda lucha, de todo conflicto- internamente y, por tanto, externamente. De hecho, no existe lo interno o lo externo, es como el mar con su flujo y reflujo.

Cuando uno descubre lo que realmente es, se pregunta: ¿Es uno mismo, el observador, diferente de lo que observa? - psicológicamente hablando, desde luego. Yo soy iracundo, codicioso, violento; ¿es ello diferente de la cosa observada, que es la ira, la codicia, la violencia? ¿Es uno diferente? Obviamente, no lo es. Cuando estoy iracundo no existe un yo que esté iracundo, sólo existe la ira. Por lo tanto, yo soy la ira, el observador es lo observado. La división es eliminada por completo. El observador es lo observado y, en consecuencia, el conflicto se termina.