LA TOTALIDAD DE LA VIDA

Biografía:Jiddu Krishnamurti

I La meditación es el vaciado del contenido de la conciencia

Aunque hemos de investigar esta cuestión racionalmente, con lógica, con cordura, tenemos que ir más allá de eso; porque la lógica no es amor, la razón no es amor. El deseo de amar y ser amado, no es amor. Cuando uno niega, en cada momento de su vida, lo que no es amor, cuando descarta lo que no es amor, desde esa negación surge la cosa positiva llamada amor.

El pensamiento es fragmentario, limitado; el pensamiento no puede resolver el problema de lo que es el amor, y no puede cultivar el amor. Cuando uno crea una abstracción con el pensamiento, se aleja de 'lo que es'. Ese movimiento de abstracción se convierte en un estado conforme al cual uno vive; por lo tanto, ya no vive de acuerdo con los hechos. Eso es lo que uno ha estado haciendo durante toda su vida; pero uno jamás sabrá mediante la abstracción, lo que es el amor; nunca conocerá la inmensa belleza, profundidad y significación del amor.

¿Por qué el hombre ha tolerado el sufrimiento? ¿Por qué adora el sufrimiento -cosa que, aparentemente, hacen los cristianos? ¿Cuál es el significado del sufrimiento? ¿Qué es lo que sufre? Cuando uno dice: "Yo sufro", ¿quién es el que sufre? ¿Qué es el centro que dice: "Yo estoy sufriendo la agonía de los celos, del miedo, de la pérdida"? ¿Qué es ese centro, esa 'esencia' en un ser humano que dice: "Yo sufro"? ¿Es el movimiento del pensar, como tiempo, el que crea el centro? ¿Cómo surge este yo, el cual una vez que ha surgido, dice: "Yo sufro, yo estoy ansioso, yo tengo miedo, yo siento celos, yo estoy solo"? Ese yo jamás es estacionario, se está moviendo siempre: "Yo deseo esto, yo deseo aquello y después deseo alguna otra cosa"; se halla en constante movimiento. Ese movimiento es tiempo, es pensamiento.

En el mundo asiático existe el concepto de que el yo es algo que se encuentra fuera del tiempo; y además, el concepto de que incluso hay un yo superior. En occidente, el yo nunca ha sido examinado a fondo. Se le han atribuido cualidades; Freud, Jung y otros psicólogos le han asignado características, pero jamás han investigado este problema de la naturaleza y estructura del yo que dice: "Yo sufro".