Nuevos desafíos: Educación – Empresa – Ser Humano

En definitiva, las demandas humanas como por ejemplo, el índice de consumo de antidepresivos, el aumento constante de neurosis ligadas al trabajo, la fiebre de las presiones, que sufren tanto los desadaptados como los exitosos, sin hablar de los inadaptados culturalmente, que no resisten la competencia de nuestro mundo moderno, nos muestran que entramos de frente y pisando fuerte para transformarnos en una cultura estresada.

Desde nuestra mirada, nos parece urgente diseñar programas de entrenamiento para que las personas puedan lidiar con el monstruo del estrés que ya se vino encima.

Nuestros estudiantes necesitan aprender a prevenir el estrés, necesitan aprender a conocer las manifestaciones de su corporalidad, de su sensibilidad, aprender a descifrar los códigos que se esconden tras los síntomas.

Por ejemplo, si consideramos la idea consensual que las personas no deben pasar de un tiempo normal de trabajo, que no pueden olvidarse de sus vacaciones, de sus hobbies, de actividades que no estén vinculadas directamente al trabajo, actividades reparadoras y que no sean manejadas como una constante competencia, es obvio que los programas educativos requieren incluir en su orientación práctica y en su discurso, el valor del cuidado por la propia vida.

Según Francisco Varela -nuestro querido y recién fallecido Biólogo Chileno-, no sólo se tienen que enseñar conocimientos y contenidos, sino que también hay que educar la iniciativa, pilar fundamental del espíritu emprendedor. Para eso es necesario cambiar la orientación de la educación, tanto escolar como universitaria.

"Hay que darle espacio al pensamiento no lineal, impedir que la lógica sea el límite del pensamiento".

"En ese sentido es importante crear talleres donde los individuos se enfrenten a situaciones desconocidas, donde se les pida buscar explicaciones alternativas, distintas para determinados hechos. La idea es que se den cuenta de que hay otras formas de pensamiento y combinarlas."

Bibliografía:

El Coste de la Excelencia
Francisco Varela