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La nâdî principal del ser humano; está situada en el interior del eje cerebroespinal el Merudanda y puede ser localizada como si siguiera la médula espinal. Parte del Centro más bajo del cuerpo humano, el Mûlâdhâra (a 5 cm . por encima del ano y a 5 cm . detrás del pene), atraviesa los demás centros sutiles, los chakras, y desemboca en el último de estos centros, el Ajnâ chakra, situado entre las dos cejas.
Esta nâdî no es sencilla; como está hecha de materia sutil, diversas energías la componen; los tres gunas están presentes en ella bajo la forma de tres nâdîs concéntricas: la nâdî sushumná, cuyo guna predominante es tamásico; la nâdî vajrá, cuyo guna es rajásico; y en el centro, la nâdi chitrini, cuyo guna es sátvico.
En el centro de la chitrinî está Brahmanâdî, que es el "tubo" por el que pasa la kundalini cuando se pone en movimiento. Los yoguis que describen estas nâdîs se refieren a ellas como si fueran "tubos", arterias luminosas, con colores magníficos y cambiantes según la fuerza y la calidad del prana que circula por ellas. Los textos dicen que estas arterias son finas "como los hilos de una telaraña".
La sushumná sube, por lo tanto, por el interior de la columna vertebral, atraviesa el cráneo y llega al chakra situado en el entrecejo, debajo de la frente y por debajo del chakra de los mil pétalos, el brahmarandhra. Por lo general, no lo toca, pero está muy cerca de él.
La sushumnâ es uniforme, larga, recta y rígida; perfora los seis chakras y, dice el texto tántrico, "resplandece como un hilo ensartado con gemas". A veces se la simboliza con el aspecto del lingam, porque por ella pasa la kundalini, la fuerza divina que es la posibilidad misma de la liberación.
Coordinadores:
Ximena Santa Cruz Bolívar. Psicóloga Universidad de Chile, terapeuta corporal, familiar y de pareja.
Jorge Mendoza Vester. Economista Universidad de Chile, investigador de artes orientales, director revista ecovisiones.