LA LEYENDA DE ARTURO Y EL GRIAL

Raúl Encina T

La tradición dice que el druida Merlín4 por medio de un pacto convenció al Rey Uther Pendragón para que cuando naciera el hijo de éste y la reina Ygerne se lo cedieran en forma secreta para su educación. Así, la existencia de este futuro rey sería un hecho absolutamente desconocido para la mayor parte del pueblo. Su crianza, atendida por este enigmático sabio, recuerda uno de los aspectos más característicos de la tradición celta. En efecto, en esta mágica cultura, los druidas serían los encargados de formar a los futuros guerreros no sólo en las artes marciales de la época, sino además en todo lo referente al conocimiento de los arcanos de la naturaleza, como el uso de las hierbas y algunas fabulosas prácticas vinculadas a los misterios de los árboles, entre ellos el roble, la encina, el manzano o el arce. Pero además el druida se encargaba de enseñar a los jóvenes todo lo concerniente a las leyes de la comunidad, en consonancia con los ciclos del universo.

De este modo el futuro rey fue privilegiado con los conocimientos y la sabiduría de este poderoso shamán de las más arcaicas tradiciones espirituales del planeta. Recordemos que el nombre Arturo viene de "Artehe", cuya raíz significa "oso", he aquí otro de los enigmas que relacionan esta leyenda con otras fabulosas mitologías de la humanidad5. Sería el propio Merlín quien le entregaría a este heroico rey los fundamentos de la Tabla Redonda6, a cuyo alrededor se ubicaban 49 valientes caballeros y además existía un espacio vacío, el que estaba asignado en forma especial a un guerrero, quien debía demostrar ser digno de ocupar aquel simbólico sitio.

Pero bien, después de la muerte del rey Uther Pendragón el trono quedó vacante, es así que el propio Merlín ideó un estratagema para que su legítimo sucesor tomara su lugar en el reino.

LA ESPADA EXCALIBUR