FUNDACIÓN SOCIEDAD TEOSÓFICA

En 1874, hallándose por tercera vez en Estados Unidos, trabó conocimiento con un veterano militar de la Guerra de Secesión, el coronel Olcott, que se sentía muy atraído por los fenómenos paranormales. Ambos personajes mantuvieron numerosas reuniones, que dieron por resultado la creación de la Sociedad Teosófica. El coronel Olcott es nombrado entonces presidente vitalicio de la sociedad, si bien el cargo no va a tener más que un carácter honorario. Blavatsky ocupará la secretaría, un puesto que si bien parece más modesto resultará el más ejecutivo, pues será ella quien va a dirigir de forma eficaz el nuevo movimiento esotérico.

Sin embargo, apenas había nacido la Sociedad cuando se produjo la primera crisis. El interés por lo «psíquico» había empezado a descender de forma notoria en Estados Unidos. Ante tal coyuntura, Olcott y Blavatsky decidieron liquidar todos sus bienes y trasladarse a la India. En Adyar fundaron otro centro que se haría mundialmente famoso.

Los inicios de la Sociedad Teosófica en Adyar fueron prometedores, pese a que tuvieron que sufrir ciertas hostilidades por parte de los sectores eclesiásticos de origen europeo, que veían en el movimiento a una peligrosa orden secreta. Poco tiempo después, Blavatsky se trasladó a Londres en donde se establecería definitivamente. En esa ciudad funda también la Blavatsky Lodge, a la que acuden numerosas mujeres de la aristocracia inglesa. En 1891, la enfermedad que padecía desde hacía algunos meses se agravó hasta el punto de imposibilitarla para hacer cualquier tarea doméstica. Ella comentaba a sus íntimos que disponía de una pequeña legión de seres elementales o duendes, que le ayudaban en todos los cometidos caseros. Una anécdota que, aunque pueda ser pura leyenda, forma parte de la historia de esta notable mujer, que murió en ese mismo año de 1891.

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