STEINER: ARTE, MEDICINA Y PEDAGOGÍA

Rudolf Steiner mostró un particular interés, al margen de las teorías esotéricas y espirituales que son la base de su escuela antroposófica, por otros campos de la realización humana: el arte, la medicina y la pedagogía.

En el primero fue decisivo el influjo que tuvo Goethe sobre él. Encuentra similitudes entre el gran genio y su propio movimiento antroposófico: «Göethe sintió lo que deben sentir los antropósofos -escribió-. Si uno ha conseguido una comprensión cognoscente del mundo, surge una necesidad vital, no sólo de continuar formando ideas, sino también de crear artísticamente en el campo de la escultura, la pintura, la música y la poesía.» Éstos fueron campos en los que, desde luego, él trabajo intensamente.

En el campo de la medicina, Steiner puso en práctica lo que él entendía como «inspiración e intuición médicas». El médico antroposófico debe añadir al diagnóstico convencional, otro basado en la percepción espiritual. Ha de reconocer que todas las enfermedades son el resultado de un desequilibrio interno, por lo que debe esforzarse en restaurarlo. Por lo que se refiere al campo de la pedagogía, Rudolf Steiner buscó un lugar apropiado para establecer la sede mundial de su movimiento. Lo encontró en una pequeña población suiza, en donde creo el Göetheanum.

Steiner fundó las llamadas escuelas Waldorf cuyo sistema se basa más en la propia naturaleza del niño, tanto la anímico-corporal como la espiritual, que en las exigencias y condicionamientos de la sociedad. El sistema Waldorf se apoya en la observación directa y profunda del ser humano en evolución. Un sistema educativo que ha experimentado un apreciable desarrollo en todo el mundo.

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