Hatha Yoga Pradipika - Luz sobre el Hatha Yoga

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Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Posturas.

1.17. En primer lugar se exponen las âsana, pues constituyen el primer paso del hathayoga. Las âsana se practican para lograr una postura estable, salud y flexibilidad.

1.18. A continuación se muestran algunas de las âsana adoptadas por sabios como Vasistha y por yoguis como Matsyendra.

Posturas generales.

1.19. Svastikâsana: sentarse en el suelo con el cuerpo erguido y las piernas dobladas colocando la planta de cada pie entre la pantorrilla y el muslo (de la pierna contraria).

1.20. Gomukhâsana: el pie derecho se coloca junto a la nalga izquierda y el pie izquierdo junto a la nalga derecha. Esta postura se parece a la boca de una vaca.

1.21. Virâsana: un pie se coloca encima del muslo contrario y el otro pie debajo (del otro muslo).

1.22. Kurmâsana: sentarse de forma equilibrada con los tobillos cruzados debajo del ano.

1.23. Kukkutâsana: en padmâsana, se introducen las manos entre los muslos y las pantorrillas; se apoyan firmemente en el suelo y se levanta el cuerpo.

1.24. Uttanakurmâsana: adoptando kukkutâsana (sin elevación del cuerpo), se agarra la nuca con los dedos de las manos entrelazados y se permanece así, como una tortuga boca arriba (con la espalda en el suelo).

1.25. Dhanurâsana: sujetando los dedos gordos de los pies con ambas manos, mantener una pierna estirada mientras se acerca la otra a la oreja, como si el cuerpo fuera un arco.

1.26. Matsyendrâsana: se coloca el pie derecho en la raíz del muslo izquierdo y el pie izquierdo junto a la parte exterior de la rodilla derecha; se agarra el pie izquierdo con la mano derecha y el derecho con la mano izquierda (pasando los brazos por detrás de la espalda); se permanece con el cuerpo girado todo lo que se pueda hacia la izquierda.

1.27. Esta postura incrementa el apetito estimulando el fuego gástrico (pitta); es un remedio contra las enfermedades mas mortíferas. Con su práctica regular se despierta kundalini y se detiene el néctar que se derrama desde la luna.

1.28. Paschimottanâsana: permanecer con las dos piernas extendidas en el suelo sujetando los dedos de los pies con las manos y apoyando la cabeza sobre las rodillas.

1.29. Esta excelente âsana hace que el prâna fluya a través de sushumna, estimula el fuego gástrico, flexibiliza la espalda y elimina todas las dolencias que afectan a las personas.

1.30. Mayurâsana: se colocan las manos firmemente en el suelo y se eleva el cuerpo en el aire apoyando el vientre sobre los codos; el cuerpo se mantiene recto como un palo.

1.31. Esta âsana cura diversas enfermedades como gulma, udara y otras dolencias abdominales; elimina los desórdenes causados por el desequilibrio entre vata, pitta y kapha; facilita las digestiones pesadas y hace digerible incluso a kalakuta.

1.32. Savâsana: permanecer tendido en el suelo boca arriba como un muerto; esta âsana elimina el cansancio ocasionado por otras âsana y proporciona descanso a la mente.